Nace
en conjunto con el género musical en la ciudad de Nueva York. La fusión de
movimientos puertorriqueños y del jazz se consolida en un estilo que lleva el
mismo nombre de la ciudad que le acogió a miles de inmigrantes durante los años
30. Luego de que se popularizó el género, en la costa oeste de EE.UU. surge
otra forma de interpretar las melodías: el estilo Los Ángeles.
Ambos
estilos son parecidos, solo hay discrepancias en los tiempos musicales en los que se inician las figuras.
El estilo Nueva York tiene influencias del mambo y el hombre acentúa el primer
movimiento en el segundo tiempo de la cuenta, mientras que en el estilo Los
Ángeles, se inicia movimiento en el primer tiempo de la cuenta.
A diferencia
de la salsa casino, en
este estilo no se baila en grupo, se permite el baile individual y se arranca
el paso con el pie izquierdo hacia delante. Los bailarines ejecutan las figuras
sobre una línea recta de ida y vuelta, trabajan una técnica más estilizada y
hacen piruetas de alta dificultad. Posee una mayor complejidad, por lo que se
necesita más espacio al bailar y es la más utilizada en competiciones.